Todo mundo entiende que un bebé que beberá formula láctea infantil en su mayoría lo hacen a través de un biberón, pero poco se habla o se dice sobre cuál es el mejor momento para dejarlo.
Se cree que es una cosa que sucederá espontáneamente y que el niño o niña te dirá – “Listo mamá, no quiero más biberón”– lo mismo pasa con el chupón.
Nada más falso, el niño por sí solo no lo dejara, tengo casos aislados de niños de 8 años que aún lo toman para dormir –claro sin que nadie más lo sepa-
El común denominador es que lo dejen entre los 2 o 4 años.
El problema radica en que se usa como un práctico método para facilitar que los niños tomen la siesta o puedan conciliar el sueño por la noche.
No te quiero hacerte sentir culpable, pero este simple hecho favorece algunos graves problemas de la infancia.
- Beben más leche o líquidos con azúcar de lo que realmente desean.
- Daña su dentición.
- Es un factor de riesgo muy importante en algunos casos para tener problemas de oídos nariz y garganta. –Pregúntale a un otorrino-
- Favorece una conducta inapropiada de seguridad, confort y relajación asociada a los alimentos para poder dormir.
Y es que todos los lactantes requieren succión para sentirse seguros, relajarse y sentir placer.
En realidad no quiere leche, lo que quiere es succionar, pero si viene acompañado de algunas onzas de leche también se las engulle.
El costo de este “gusto por succionar” es muy alto, y no estoy hablando de lo que gastas en formula, si no que en realidad está comiendo de más, se quedan con restos de leche en la boca y dientes por lo que, con el tiempo se agregan los problemas que ya te explique.
El mejor momento para suspender el uso de biberones es después del primer año de vida.
Porque para entonces:
- Ya debe de comer bastante bien y casi de todo.
- De verdad, no necesita tanta leche, basta con poco y no a diario.
- Es a partir de este momento cuando empezamos a ver los problemas asociados a su uso y abuso.
¿Pero cómo lo logro, ya lo he intentado un par de veces y son días y días interminables de llanto?
Aquí te doy un Plan. No es el único, pero a mis pacientes les ha funcionado muy bien.
Todos sin excepción se quedan sorprendidos.
Primero: necesitan estar muy seguros de lo que van a hacer, ambos papás y todos quienes cuidan al niño. Y entender:
- Que no le van a hacer ningún daño,
- Que no le hará falta alimento,
- ni hierro, ni calcio y no se te va a desnutrir.
Ojo aquí está el secreto:en que estés muy Segura de lo que vas a hacer:
Los niños huelen el miedo o inseguridad en los papás,
si no te ve convencido, vas a perder,
te lo aseguro.
- No lo intentes si no están bien convencidos y seguros.
Segundo: Vamos a abogar a la buena voluntad de todo niño.
A todos los niños les gusta regalar y recibir regalos.
Prepara una caja donde quepan los biberones (todos y cada uno de ellos, no dejes ni uno), adórnala como si fueras a prepararla para hacer un regalo.
Lo ideal es que sean de esas que tienen tapa y le agregas un colorido y grande moño de regalo.
Ellos mismos con tu ayuda en una especial “ceremonia” de preparar un regalo, ponen uno a uno los biberones vacíos en la caja,
Explicando brevemente (sin sermonear) que vamos a regalar nuestros biberones a otro niño que los necesita o a personas menos favorecidas.
Tercero: se llegó el día.-
Vamos juntos con nuestro regalo a la casa, el negocio o el consultorio de nuestro cómplice –amigo, familiar o pediatra- quien lo recibe y agradece el “regalo” para otro bebé y le hacemos saber que es muy bueno y noble su gesto.
Le felicitamos y alentamos con algún detalle –este último no es indispensable- pero le viene muy bien algún vaso de “niño mayor” con su súper-héroe favorito o simplemente un vaso atractivo para ellos.
Listo punto final. No mas Biberón
Ya no hay más biberones en casa.
Él o ella ya lo sabe, tú estás seguro de que es por su bien, y vendrán las primeras noches.
Saca su vaso nuevo y dile que será la nueva forma de beber.
Abra más o menos un 60% de probabilidades de lloro, gritos y desespero.
Para entonces, tu… estoica – cual romano –
Te sacas un lindo cuento y tomate un poco de tiempo para leerle, abrazarlo y mimarlo, hasta que se consuele o se duerma en tus brazos o cerca de ti.
Sera sorprendente como al poco tiempo ya no pide el biberón o su leche, te pedirá que le leas, lo abraces y se dormirá plácidamente.
Hay un antes y un después en el desarrollo del niño cuando logramos dejar de usar el biberón en el momento oportuno.
Pruébalo, no tienes nada que perder, vas a recibir el regalo de ver a tu bebé crecer, comer y desarrollar como grande.
Encantado de Recibir estos regalos en mi oficina -yo tengo muchos niños a quien regalarlos (obvio es broma ehh) 😉