Muchos hemos tenido que usar alguna vez en nuestra vida un Antibiótico
Estos medicamentos que hoy se usan comúnmente, han salvado la vida de millones de personas.
Sin embargo, hoy en día el uso de Antibióticos se ha extendido y muchas veces se ha utilizado de forma indiscriminada y equivocada.
Te explico
El objetivo de los Antibióticos es que al administrarse sean transportados por nuestra sangre y lleguen a los tejidos del cuerpo que están enfermos por bacterias, que estas los absorban, se debiliten y sean atacadas con mucha facilidad por nuestro poderoso sistema inmune y sean eliminadas.
Pero lo malo es que los Antibióticos viajan por TODO nuestro cuerpo y matan también a otras bacterias, bacterias “buenas”, que “conviven” con nosotros pero no nos hacen daño y que además nos ayudan a mantenernos sanos.
Este es el daño que se genera de forma individual, pero hay uno más importante que es el daño colectivo.
El abuso en el uso de antibióticos está generando resistencia bacteriana.
Es decir las bacterias malas están desarrollando formas de sobrevivir y hacer daño aun con los máximos esfuerzos médicos.
Para que quede más claro
Imagínate que tu hija menor está enferma de moco y tos que aparecieron hace un par de días.
No es más que un buen resfriado (causado por contagio de un virus y no por andar descalza).
Y de repente empieza con fiebre.
Acudes a consulta, esas de rapidito,
es fin de semana y quieres que el lunes esté lista para la escuela porque tienes mil y un cosas que hacer la próxima semana.
Sin más y ante la presión (o sin ella) te recetan un Antibiótico de esos “suaves o no muy fuertes” por poquitos días.
¡Puum!
Se acabo.
Algunos millones de bacterias buenas intestinales y de las vías respiratorias mueren. Tardarán en recuperarse semanas o meses.
Y los virus causantes de esta gripilla, siguen vivitos y coleando.
Ese antibiótico No era necesario en absoluto.
Con o sin él, la gripe le duraría a tu pequeña tan solo 3 a 5 días.
Un poco de malestar y 3 episodios más de fiebre que se pudieron controlar con líquidos y reposo.
Pero tu sientes que si mejoró por el Antibiótico.
Pues se lo administraron en el “momento justo”, antes de que se complique.
¡Incorrecto!
Casos como este muchos,
yo diría que el 90% de estos cuadros respiratorios son tratados en forma inapropiada.
No se trata de temerle o que rechaces los Antibióticos
Mucho ojo, lo que estoy tratando de explicarte es que tengas mucho cuidado con su uso.
Pero ¿cómo saber cuándo hay que usarlos y cuándo no?
Es relativamente sencillo. Siguiendo estos 3 pasos.
1.- Una historia clínica detallada.
Es el interminable cuestionario de preguntas que hacemos los médicos, pero todas son necesarias
En el relato de los síntomas es necesario que seas muy objetiva y realista.
2.- Un minucioso examen físico
Es la revisión que le hacemos al cuerpo de tu bebé, de cabeza a pies.
No importa que venga por gripa hay que revisarlos completos.
Requiere equipamiento apropiado y mucha veces incomodarlos porque hay que revisarle sus oídos y su boca y no a todos les gusta.
No te angusties, si nos ayudas lo hacemos rápido y bien.
3.- Mucha paciencia y confianza en tu doctor.
En mi consulta veo con agrado que los papás de mis pacientes se sienten muy tranquilos porque dedicó tiempo suficiente y soy minucioso en su historia clínica y el examen físico, casi siempre logramos empatizar y hacer clic.
Pero muchas veces tendrás que poner de tu parte y hacer sacrificios.
- Ser super prudente y dejarle en casa por el tiempo suficiente para que se recupere y no contagie a más niños en la escuela.
- Administrar sus medicinas (si las necesita) al pie de la letra .
- Seguir las recomendaciones de alimentación y reposo.
- Estar atentos a los signos de alerta que te hayamos dado en consulta.
- Regresar a la oficina si fuera necesario para re evaluarlos. En el caso que no se note recuperación o mejora en el tiempo pautado.
A todos nos conviene.
El abuso nos costará mucho. La resistencia de las bacterias por su abuso es uno de los retos más grandes que se avecinan.
Así que ya lo sabes hagamos todos un compromiso usemos antibióticos con respeto y cuidado.
Ponte en manos de un experto y un experto de los buenos.